Ohana habló con N12 sobre sus experiencias en el cautiverio terrorista de Hamás en la Franja de Gaza, comentando por primera vez desde su liberación el 12 de octubre.
El ex rehén Yosef-Chaim Ohana describió el lunes uno de los primeros momentos “espontáneos” de tortura durante su cautiverio, cuando “una persona enojada entró en la habitación, sacó un arma y gritó: ‘Dime a cuántas personas mataste, ahora te mataré a ti’”.
Sus comentarios se produjeron durante una entrevista con N12, donde habló de sus experiencias por primera vez desde que Hamás lo liberó el 12 de octubre.
Recuerda que al responder al interrogatorio, “les dije: ‘Cero, cero'». Luego dijo: ‘Oh, tú también me estás mintiendo’ y vino a dispararme. Alguien más lo detuvo entonces y le dijo: ‘Ahora no’, recordó.
En otras ocasiones, explicó Ohana, “nos sentaban y nos decían que se estaban vengando de lo que hizo Israel”, sólo para crear ansiedad entre los rehenes.
«Nos hacían elegir: a quién matar y a quién herir, haciéndonos echar suertes», añadió.
Yosef-Chaim Ohana (crédito: FLASH90, Foro sobre rehenes y familias desaparecidas)
Durante la entrevista también recordó otros detalles sobre su estancia en Gaza, sus captores y las torturas que tuvo que soportar.
Ohana describe los túneles de Gaza
Ohana describió uno de los túneles donde los retuvieron como un corredor oscuro, sin nada que ver excepto una lámpara LED.
«Cuando alguien viene con una lámpara, al principio había momentos en los que la esperábamos, tal vez nos trajeran una tetera o algo así. Luego, esa luz se convirtió en una señal siniestra. Una vez que llegaron, los saludamos y de repente comenzaron a golpearnos», describió Ohana.
«Cada vez que veíamos los faros, teníamos un ataque de pánico. Nadie sabe qué hacer: ‘¿Me pongo de pie?’, ‘¿Me siento?’ ‘¿Quién será el primero en agarrar?’. Queremos correr lo más adentro posible, pero luego nos damos cuenta de que no quedará bien y que tenemos que extendernos por toda la habitación», describió Ohana.
También habló de cómo tuvo que convencer a sus captores terroristas de que no lo mataran. “Ya sabía que yo era importante para ellos, por qué me secuestraron y que el hecho de que me secuestraran me convertía en una ‘carta importante’ para ellos”, dijo.
«‘Qué, ahora os vengáis de mí para que vuestros ciudadanos queden satisfechos, pero ¿qué pasa con los presos que esperan ser liberados de la cárcel a cambio de mí, para salir a ver a sus familias? Si muero, menos presos serán liberados'», dijo a sus captores.
