Alrededor de 300.000 personas han huido de Sudán del Sur en lo que va de 2025, ya que el conflicto armado entre líderes rivales amenaza con una guerra civil, advierten las Naciones Unidas.
El desplazamiento masivo fue informado el lunes por la Comisión de Derechos Humanos de la ONU en Sudán del Sur. El informe advirtió que el conflicto entre el presidente Salva Kiir y el suspendido primer vicepresidente Riek Machar corre el riesgo de volver a una guerra a gran escala.
El informe de la comisión pedía una intervención regional urgente para evitar que el país cayera hacia un acontecimiento tan trágico.
Sudán del Sur se ha visto acosado por la inestabilidad política y la violencia étnica desde que se independizó de Sudán en 2011.
El país se sumió en una guerra civil en 2013 cuando Kiir destituyó a Machar como vicepresidente. La pareja acordó un alto el fuego en 2017, pero su frágil acuerdo de poder compartido se ha estado desmoronando durante meses y fue suspendido el mes pasado en medio de estallidos de violencia entre las fuerzas leales a cada uno.
Machar fue puesto bajo arresto domiciliario en marzo después de que los combates entre el ejército y una milicia étnica nuer en la ciudad nororiental de Nasir mataran a decenas de personas y desplazaran a más de 80.000.
el era cargado acusado de traición, asesinato y crímenes contra la humanidad en septiembre, aunque su abogado argumentó que el tribunal carecía de competencia. Kiir suspendió a Machar de su cargo a principios de octubre.
Machar rechaza las acusaciones y su portavoz las califica de “caza de brujas política”.
Los nuevos enfrentamientos en Sudán del Sur han obligado a casi 150.000 personas a trasladarse a Sudán, donde se libra una guerra civil desde hace dos años, y a un número similar a las vecinas Uganda, Etiopía y hasta Kenia.
Más de 2,5 millones de refugiados de Sudán del Sur viven ahora en países vecinos, mientras que dos millones siguen desplazados internamente.
La comisión vinculó la crisis actual con la corrupción y la falta de rendición de cuentas entre los líderes de Sudán del Sur.
“La actual crisis política, el aumento de los combates y la corrupción sistémica desenfrenada son síntomas del fracaso del liderazgo”, afirmó el comisionado Barney Afako.
«La crisis es el resultado de decisiones deliberadas tomadas por sus líderes para anteponer sus intereses a los de su pueblo», dijo la presidenta de la Comisión, Yasmin Sooka.
Un informe de la ONU de septiembre detalló una corrupción significativa, alegando que 1.700 millones de dólares de un programa de petróleo por carreteras siguen sin contabilizarse, mientras que tres cuartas partes del país enfrentan una grave escasez de alimentos.
El comisionado Barney Afako advirtió que sin un compromiso regional inmediato, Sudán del Sur corre el riesgo de tener consecuencias catastróficas.
«Los sursudaneses esperan que la Unión Africana y la región los rescaten de un destino evitable», dijo.
